«Yiyo» Ramallo empezó una huelga de hambre porque no lo dejan tener visitas íntimas: «es una necesidad fisiológica»
En una audiencia realizada vía Zoom al Dr. Sergio Pinto -Juez Federal subrogante y Secretario autorizante del Juzgado Federal de San Francisco-, el detenido reclama poder ver a sus hijos y tener visitas íntimas con su concubina
Evelio Horacio Ramallo, alias «Yiyo», es un conocido y temido delincuente que operaba en la zona de Morteros y Rafaela. Condenado por múltiples delitos relacionados a narcotráfico, trata de personas, asesinatos y sicariato, Ramallo se encuentra alojado en el Penal de Ezeiza, en una celda en el pabellón de perfiles de Alto Riesgo.
Resulta que, «Yiyo» Ramallo, acompañado de su abogado, el Dr. Méndez, realizó un reclamo para que se mejoren las condiciones de su encarcelamiento, alegando que «lo están deshumanizando». Ramallo, quien ofrecía pagos de bonos extra a aquellos sicarios que acertaran un tiro en la cara de sus víctimas, hoy se encuentra, aparentemente, quebrado psicológicamente por dos motivos centrales: no poder recibir la visita de sus dos hijos, y no poder tener «visitas íntimas» con su pareja, con quien está «realizando los papeles para casarse».
«Se rompe el vínculo con mi concubina y estamos haciendo los papeles para casarnos y nos dan una visita de una hora a través de un vidrio, antes eran normales de dos horas con contacto, ahora es sin contacto. Demando eso, no existe mas la visita conyugal, se corta el vínculo, me están sacando todo. Es una necesidad fisiológica. Segundo, como no voy a poder tener visita íntima con mi señora, me están rompiendo el vínculo. En el Código Penal y en la Ley de Ejecución está permitida la visita íntima, algunas visitas son más seguidas, pero acá era cada quince días y ahora las sacan totalmente. Es anticonstitucional.» fue la declaración del detenido que, hace pocos años, amenzaba a quienes manejaban los negocios fuera de la carcel afirmando que «la venta de drogas no es vender caramelos.»
En el descargo, Ramallo señala que el trato es «anticonstitucional», declarando que «mediante este sistema siento que estoy perdiendo la personalidad, el vocabulario, no me puedo expresar bien. No me pueden cortar la visita íntima con mi mujer. Se me están violando todos los derechos, yo pensé cuando ingresé que iba a tener que resistir un padecimiento de tres o seis meses, cada vez se agrava más la situación, no puedo resistir más, llevo más de diecisiete años preso, jamás sentí que se me deteriorara la mente tan rápido, no tengo familia, no tengo vínculo, no me dejan ver a la madre de mis hijos ni a mi mujer, no tengo vínculo con nadie. Una sola vez puedo pedir una llamada telefónica, sólo con los números que tengo autorizados. Soy un ser humano me están deshumanizando.»
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