Ursula von der Leyen recorrió el espinel del litio
La presidenta de la Comisión Europea visitó Chile, Argentina, Brasil y México en busca del preciado material, como así también de las llamadas energías renovables y sus insumos. Lo hizo en la misma senda que lo había hecho la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos (Laura Richardson), pero con mejores modales.
Tiempo atrás, relatábamos la forma en la que la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, hablaba abiertamente de la existencia de un «triángulo del litio», aclarando «que es necesario para la tecnología actual». «El 60 % del litio del mundo está en el triángulo del litio: Argentina, Bolivia, Chile», describía la militar estadounidense. Y puntualizaba eso, entre otros intereses de su país en Latinoamérica, como ser petróleo, agua dulce, cobre, oro, vegetación amazónica («los pulmones del mundo»), etc.
En el contexto actual, en el que los europeos empiezan a ver que Estados Unidos los sacrifica en el marco de su guerra con China y Rusia -desde dejar morir los tanques Leopard alemanes en Ucrania (preservando los Abrams propios), a venderles un petróleo caro o llevar a territorio americano empresas con sede en Alemania-, la presidenta de la Comisión Europea (parte integrante de la Unión Europea, o UE), la alemana Ursula von der Leyen, se arrimó hasta Latinoamérica para recorrer su propio espinel y sondear –con mejores modales que Richardson, por cierto- lo que se podría llevar por su cuenta de esos recursos para el Viejo Continente.
Toda una expedición para von der Leyen. Recordemos que para su compañero de ruta Josep Borrell -Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad-, la UE es «un jardín», mientras que «la mayor parte del resto del mundo es una jungla» (discurso durante la inauguración del curso piloto de la Academia Diplomática Europea en el Colegio de Europa en Brujas, Bélgica).
Pero también ha sido una preparación para la próxima cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que tendrá lugar los días 17 y 18 de julio próximos en Bruselas, donde se darán cita más de treinta líderes políticos americanos. Von der Leyen visitó dos de los tres pilares del litio -con la excepción de Bolivia, que parece un hueso más duro de roer-, pero también pasó por Brasil y México, para hablar de otras cooperaciones pendientes.
Como en casa
El mayor amor lo recibió en Chile, país gobernado por el presidente Gabriel Boric, un autopercibido «socialdemócrata alemán», quizás poco consciente de su pertenencia latinoamericana, lo cual no le ha servido para afirmarse en su puesto, ni para aprobar la Constitución redactada por la convención nacional correspondiente. La estadía incluyó la recepción en el Palacio de la Moneda y luego una visita a Comberplast, empresa chilena de reciclado de plásticos con vínculos con importantes firmas europeas.
«Un placer estar hoy en Chile… verdaderamente un socio privilegiado para Europa. Somos de ideas afines. Espero firmar nuestro nuevo Acuerdo Marco Avanzado (AMA) este año», declaró von der Leyen a su llegada a Santiago. El acceso europeo al litio chileno se vio facilitado con el anuncio en diciembre del año pasado del citado AMA, aún pendiente de firma, que, entre otros asuntos, elimina los aranceles a las importaciones europeas y promueve la inversión de países del bloque, una de las tantas iniciativas chilenas para firmar convenios por su lado, contra las pretensiones de una Sudamérica en bloque.
Von der Leyen y Boric también lanzaron dos nuevas acciones de cooperación para el desarrollo del hidrógeno verde, una fuente energética limpia que se obtiene haciendo la electrólisis del agua impulsada por energías renovables, en la que Chile, muy dependiente de la importación de combustibles fósiles, ha puesto muchas esperanzas.
Los dos proyectos, uno para canalizar el financiamiento de proyectos de producción de hidrógeno verde y otro para fomentar la economía de esa fuente energética, son parte de la estrategia Global Gateway, con la que la Unión Europea busca rivalizar con el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda chino, que ha calado mucho en la región. La UE carece de minerales esenciales para desarrollar sus planes de economía verde y reducir su propia dependencia de China; en este marco la funcionaria viene hablando de un paquete de 10.000 millones de euros para proyectos de inversión en América Latina y el Caribe a través de Global Gateway.
¿Mercosur amigo?
Al visitar la Argentina, von der Leyen firmó junto al presidente Alberto Fernández un memorando de entendimiento sobre el desarrollo de la cadena de valor de materias primas, entre ellas el litio. «El litio es importantísimo, porque es crucial para las tecnologías de energía limpia», destacó la visitante. «El mundo entra en el mundo de las tecnologías limpias y la demanda del litio va a crecer de manera exponencial. La demanda de litio en Europa se espera que crezca doce veces para 2030», continuó.
La conversación más importante fue en torno al estancamiento del acuerdo con el Mercosur, que en el citado contexto actual debiera empezar a ser prioritario para ellos (en tanto competencia por el reaseguro de materias primas frente a los bloques en pugna). Ambas partes firmaron el acuerdo en 2019 tras más de veinte años de negociaciones, pero en la fase de ratificación de algunos países, especialmente Francia, se negaron hasta que el gobierno del entonces presidente Jair Bolsonaro se comprometiera a adoptar una serie de medidas ambientales, enfocadas en el control de la deforestación.
La UE establece un protocolo adicional con cambios en el capítulo sobre comercio y desarrollo sostenible, que incluye obligaciones, especialmente en materia ambiental, y sanciones en caso de incumplimiento. Este es el punto de discordia que está frenando su conclusión. «Queremos definitivamente un acuerdo con la UE que balancee las economías de cada una de las regiones y tengamos las asimetrías», destacó el presidente argentino durante una rueda de prensa conjunta con von der Leyen.
«La voluntad política existe, lo que pedimos es un acuerdo equilibrado», reiteró el mandatario, quien agregó que se trataron cuestiones como el desarrollo energético y la posibilidad de que Europa se involucre «más activamente» en la producción de litio. «Todas las cuestiones energéticas que Europa necesita y Argentina y el Mercosur, en general, puede ser proveedora», dijo. Por su parte, la alta funcionaria europea afirmó que espera que el acuerdo pueda cerrarse antes de finalizar el año. «Somos socios económicos de los que podemos fiarnos a continuación y creo que es importante que ahora lo llevemos al siguiente nivel», añadió.
El lunes, en su visita a Brasilia, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva le reprochó a Von der Leyen ese protocolo adicional y algunas leyes europeas -como la que cierra su mercado a productos, como el café, la soja o la carne, bajo el argumento de que contribuyen a la deforestación- porque representan «potenciales restricciones» a las exportaciones industriales y del poderoso sector del agronegocio.
Lula manifiesta que los europeos se encierran en el proteccionismo con la excusa de la preservación ambiental. «La premisa que debe existir entre socios estratégicos es la confianza mutua, y no la desconfianza y las sanciones», dijo al respecto. (a nadie se le escapa tampoco el largo historial de proteccionismo agrario de Francia, jugando en medio de todo). «La Unión Europea ha aprobado sus propias leyes con efectos extraterritoriales y que modifican el equilibrio del acuerdo. Estas iniciativas representan potenciales restricciones a las exportaciones agrícolas e industriales de Brasil», declaró Lula.
Vale recordar el momento tragicómico que protagonizó el ex canciller Jorge Faurie, al avisarle a Mauricio Macri por un audio de WhatsApp la firma del histórico entendimiento, en medio de llantos emocionales. «Le felicito. En su presidencia se logró… 20 años de negociación. Tenemos acuerdo Unión Europea-Mercosur». Audio que fue compartido por el propio Macri a través de su cuenta de Twitter, desde la cumbre del G20 en Osaka («no lo cuidó», dirían en el barrio).
La ventana del norte
«México es un socio estratégico y miembro clave del G20, con el que compartimos valores fundamentales», afirmó Ursula von der Leyen en su cuenta oficial de Twitter antes de la reunión con Andrés Manuel López Obrador (conocido como AMLO), a la vez que manifestó su intención de fortalecer los lazos económicos entre el país norteamericano y el bloque europeo, así como de profundizar la cooperación en cuanto a la transición energética y digital, temas migratorios y de salud.
Por su parte, López Obrador dio a conocer que se lograron avances en algunos acuerdos de cooperación económica. «Convenimos en apresurar la firma del Tratado de Libre Comercio entre nuestro país y la Unión Europea», comentó en sus redes sociales sin dar más detalles al respecto. AMLO es dado a formas de integración latinoamericana, pero sin descartar otras aperturas, en conjunto o por su lado (se hace cargo de las relaciones al interior de América del Norte, y piensa en la posibilidad de una convivencia panamericana con la potencia continental; también, como se ve, piensa al igual que Boric en la alianza con el bloque europeo).
En una entrevista con la agencia española EFE, von der Leyen indicó que los países latinoamericanos y caribeños son «aliados por elección» (habría que ver quiénes son los aliados a la fuerza: quizás esa respuesta la tenga Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN). La autoridad europea aseguró que hay una «nueva agenda» con la región centrada «en una asociación política renovada» y «en una cooperación más fuerte y estrecha en ámbitos en los que ambos nos beneficiamos».
«La Unión Europea y México son socios estratégicos que colaboran en una amplia gama de asuntos, entre ellos la seguridad y los derechos humanos», añadió. «En cuanto a las energías renovables, este tema ocupa un lugar destacado en la agenda de mi visita a América Latina, y a México en particular», añadió. En síntesis: con palabras amables y promesas de intereses compartidos, la representante de Europa abre puertas para escapar del medio del sándwich geopolítico. Queda abierta la discusión sobre quién será la cena al final de la jornada.
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