“Un plato de comida también es respeto y dignidad”: la historia detrás de una acción que nació en la calle
Andrea, dueña de un emprendimiento de comidas caseras, decidió entregar platos de comida caliente a jóvenes que veía revolviendo residuos en la plaza. “No lo hice por lástima, sino porque el hambre duele”, expresó.
En una mañana lluviosa y fría, Andrea —conocida por su emprendimiento “Viandas Andrea”— decidió interrumpir su rutina de reparto en el microcentro para hacer algo distinto. Mientras caminaba con sus entregas, observó una escena que lamentablemente se repite: un grupo de chicos hurgando en la basura en busca de algo para comer.
“Hay muchas personas que buscan en la basura. Cuando puedo, les doy un plato de comida. Esta vez logré hacer algo más organizado y pude compartir con unos 15 chicos”, relató en un audio enviado a FM 104.3 Minuto Rafaela Radio.
Andrea cocina viandas todos los días desde hace seis años. Lo que hizo no responde a una acción puntual ni a un evento solidario: es algo que repite cada vez que puede. “Esto no lo hice por pena. Lo hice porque el hambre no solo se siente en el estómago, también en el alma”, dijo con claridad.
Ella no pertenece a ninguna organización. “No soy una fundación ni una empresa. Solo soy una mujer que cocina y encontró una forma de ayudar a través de lo que sabe hacer”, explicó.
Contó también que desde pequeña vio a sus padres compartir lo que tenían con quienes más lo necesitaban:
“Mi papá y mi mamá siempre ayudaban. Me quedó muy presente un señor al que le dábamos de comer. Ese gesto lo llevo conmigo desde entonces”.
Los chicos ya la conocen. Saben que si la ven repartiendo viandas, puede que les toque algo caliente. “Cuando me cruzan, me preguntan. A veces puedo, a veces no. Pero esta vez fue una linda sorpresa también para ellos”, aseguró.
Para Andrea, un plato de comida va más allá del alimento:
“Es una forma de decir ‘te veo’, sin juzgar ni preguntar nada. Comer es un derecho, no un privilegio”.
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