Un chef español descuartizó a un colombiano en Tailandia

Un famoso chef de YouTube, de 29 años, enfrenta una pena de prisión perpetua por matar a un cirujano plástico para luego cortar su cuerpo en pedazos y arrojarlos al mar en una paradisíaca isla tailandesa. La víctima, de 44 años, lo había «obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho».

El caso del hombre español que confesó haber asesinado y desmembrado el cuerpo de un colombiano en una popular isla turística tailandesa está dando la vuelta al mundo. Las partes del cuerpo que se encontraron en un basurero la semana pertenecen a un cirujano plástico colombiano, de 44 años, y su asesino podría enfrentar una larga condena en el país asiático.

El sospechoso es Daniel Sancho Bronchalo, un chef e influencer español de 29 años, hijo del conocido actor español Rodolfo Sancho y la actriz Silvia Bronchalo, que llegó a Tailandia el 31 de julio para vacacionar en Koh Pha Ngan, una isla paradisíaca famosa por sus playas de arena blanca y atrae a miles de mochileros a sus salvajes fiestas de «luna llena».

Con más de 12.400 seguidores en las redes sociales, Sancho es reconocido por sus videos de recetas de cocina en YouTube. Antes trabajó como chef en La Bohéme, un prestigioso servicio de catering en Madrid, según informó la prensa española, y ahora dirigía su propio negocio: un restaurante especializado en hamburguesas en el popular barrio madrileño de Malasaña.Daniel Sancho confesó haber asesinado y desmembrado el cuerpo de otro extranjero de nacionalidad colombiana en la popular isla turística tailandesa de Koh Pha Ngan.

La víctima era el cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta Arteaga, de 44 años. Los investigadores afirman que ambos se conocían desde un año antes de llegar al país, ya que eran amigos en Instagram. Arrieta llegó a Tailandia el miércoles 2 de agosto y Sancho fue a buscarlo (al punto de llegada del ferry desde Samui) ese día a las 15.05 horas.

Las imágenes de cámaras de seguridad mostradas por la cadena televisiva local ThaiPBS muestran a Sancho y Arrieta juntos en una motocicleta días antes de que se descubrieran los restos. Panya Niratimanon, el jefe de policía de Koh Pha Ngan, dijo que hubo «dudosas actividades» que indicaban que Sancho «podía asesinar a la víctima»: compró cuchillos, bolsas de plástico y artículos de limpieza en distintas tiendas locales.

El teniente general de policía Surapong Thanomjit dijo que Sancho confesó haber matado a Arrieta en una discusión sobre «sexo y dinero» después de asistir a las fiestas de luna llena: «Afirmó que la víctima estaba enojada cuando se negó a acostarse con él. Luego le dio un golpe en la cabeza, lo que provocó que cayera y golpeara la bañera, por lo que cortó el cuerpo para disimular la muerte«.

A continuación lo descuartizó: se alega que el chef cortó el cuerpo de Arrieta en 14 pedazos antes de arrojarlos al mar desde la playa donde solía navegar en kayak y otros 6 lugares alrededor de la isla en bolsas de plástico (la cabeza en una valija). Según el diario tailandés The Bangkok Post, esa misma noche fue hasta la playa de Salat, a unos 300 metros del hotel, para alquilar un kayak pero, ante la negativa de alquiler, las dueñas se lo vendieron por US$ 1.000.

«Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin»

Sancho salió a navegar con la barca y arrojó en el mar restos del cuerpo del cirujano para, horas después, acudir ante la policía para presentar una denuncia falsa por la desaparición Arrieta. No sería hasta el jueves 3 de agosto cuando los familiares del colombiano llamaron a la policía de Tailandia al no poder contactar con él.

Varias partes del cuerpo de la víctima, incluidos los intestinos, las caderas y los muslos, fueron encontradas por lugareños horrorizados en un basurero en las siguientes horas. Los buzos de la policía tailandesa recuperaron más tarde la cabeza y las manos de la víctima, mientras los investigadores hallaron ropa -ropa interior, camisa negra y bermudas- y rastros del cuerpo de la víctima en la habitación de hotel en el que se hospedaba Arrieta. Había, además, un cuchillo, una esponja y guantes de goma.

Ante los nuevos descubrimientos, las autoridades interrogaron a Sancho después de que las cámaras de seguridad indicaran que la última persona que vio a Arrieta con vida. El sospechoso declaró que fue a buscar a su amigo a un muelle en Koh Phangan alrededor de las 15:00 horas del miércoles y que pasaron el día juntos, pero que Arrieta desapareció después de la medianoche.

Los policías insistieron hasta que Sancho se declaró responsable por el crimen y confesó haber descuartizado a Arrieta: «Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho».

Fuentes policiales citadas por el Bangkok Post conjeturaron que el crimen pudo estar motivado por «un ataque de celos» y «temor a que [Arrieta] lo engañara«. Pero el español aseguró que no tenía ninguna relación sentimental con la víctima sino que, por el contrario, el colombiano estaba obsesionado con él.

«Él estaba obsesionado conmigo», dijo en una entrevista. «Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, ingresar dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio».

«Ese hombre me tenía prisionero y estaba amenazando a toda mi familia. Si no hacía lo que me pedía me decía que ya sabía lo que era Colombia y lo que un hombre con 100 millones de dólares era capaz de hacer», relató.

Sancho está acusado de «homicidio premeditado y mover o destruir en secreto un cadáver para ocultar una muerte o la causa de la muerte» de la víctima. Siguiendo el protocolo tailandés, el joven es sometido a 10 días de aislamiento preventivo por el Covid y permanecerá detenido en la cárcel de Koh Samui, en el sur de Tailandia, al menos hasta que comience el juicio.

Según las leyes tailandesas, si Sancho es procesado en Tailandia, podría terminar condenado a cadena perpetua o a muerte, una pena de la que solo la clemencia del rey Maha Vajiralongkorn podría salvarlo.

Fuente: Perfil

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