Rusia ha empezado a usar misiles hipersónicos en Ucrania

La semana pasada, Rusia lanzó una ráfaga de misiles de alta precisión contra Ucrania que desencadenó una ola de apagones y causó que la planta de energía nuclear más grande de Europa se quedara sin energía temporalmente. Hasta ahora, las defensas aéreas ucranianas habían frenado los ataques de cohetes rusos que se lanzan contra zonas estratégicas, pero en este caso les fue totalmente imposible. La razón es que para estos ataques el Kremlin incluyó varios misiles hipersónicos, conocidos como Kinzhals (o «Dagas», en ruso), al bombardeo. Esto sabemos hasta ahora de este tipo de arma.
¿Qué ha pasado? El Kremlin admitía hace tres días a través de su portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, que atacaron «elementos clave de infraestructura militar ucraniana con armas de largo alcance de alta precisión, incluyendo misiles hipersónicos Kinzhal». La ofensiva, concretamente de seis de estos misiles, mató a seis personas y derribó varios edificios en un abrir y cerrar de ojos. Esto ha hecho que los analistas bélicos y los gobiernos que participan en el conflicto debatan sobre la magnitud a la que está llegando el conflicto.
Principalmente porque el uso de misiles hipersónicos por parte de Rusia destaca y levanta dudas sobre el arsenal del Kremlin y, sobre todo, de que Putin podría empezar a usar armas nucleares antes de lo pensado.
¿Qué son los misiles hipersónicos? «Invencibles». Así es como el presidente ruso, Vladimir Putin, los llamó en 2018 cuando reveló su arsenal al mundo. Tal vez fue una descripción arriesgada, más diseñada con fines propagandísticos que para otra cosa, pero tampoco iba demasiado desencaminado. Los misiles hipersónicos difieren de las armas balísticas convencionales en que estos llegan a unas velocidades hipersónicas a las que son muy difíciles de atrapar por los sistemas de defensa antimisiles.
El gobierno ruso dice que pueden recorrer 1,6 km por segundo y volar a más de 6.000 km/h, logrando alcanzar objetivos de hasta 2.000 km de distancia. Estos cohetes miden 8 metros de largo y son capaces de cambiar de dirección en pleno vuelo. Además, lo que los hace más peligrosos es que pueden portar explosivos u ojivas nucleares y ser lanzados desde aire, mar o tierra.
Fuente: Magnet

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