Rosario: la policía acompaña a las escuelas
Son las doce y cuarto del mediodía y el murmullo crece afuera de la Escuela Nº 109 Juan Chassaing. Docentes, familias y alumnos se preguntan por lo bajo qué hace la policía enfrente del edificio ubicado en Sucre 1457. «No pasó nada», le responde una de las maestras a un chico de apenas diez años mientras intenta tranquilizarlo. El revuelo es inevitable y todos saben que la presencia de uniformados no suele ser sinónimo de buenas noticias. Sin embargo, esta vez están ahí para realizar tareas de prevención. Un patrullero y dos motos custodian la salida en el primer día del programa de corredores seguros, dispuesto por el Ministerio de Seguridad tras la escalada de hechos violentos vinculados a escuelas.
Las amenazas a instituciones educativas comenzaron sobre fines de 2022 y sólo para finales de marzo de este año ya había registro de unos cuatro establecimientos que habían sido amenazados y que habían suspendido las clases. Lo sucedido en la madrugada del sábado 8 de abril, cuando la Escuela José Mármol y el Complejo Rosa Ziperovich fueron baleadas con armas automáticas, conmocionó a toda la comunidad educativa y requirió de acciones inmediatas. En este contexto, las autoridades pusieron en marcha este lunes el programa «Te acompaño de la escuela a casa», integrado por más de 90 establecimientos de la ciudad. Los efectivos no están siempre en el mismo lugar y patrullan las zonas más calientes.
«Pensé que había pasado algo y no nos avisaron», comenta a La Capital una de las docentes. Ya terminó su turno, pero se acercó a las puertas de la escuela para retirar a su hijo, que asiste a la institución. Ninguna familia de la comunidad educativa quiere que los chicos vuelvan a casa solos. Si bien no han sufrido ni balaceras ni amenazas, los robos y arrebatos son moneda corriente y aseguran que la inseguridad recrudeció en el último tiempo. «Hay robos en las granjitas del barrio, caminan ladrones arriba de los techos en la noche. La cosa está complicada», agrega.
Un grupo de madres cuenta a este medio que aunque sus hijos ya vayan a la secundaria, igual los acompañan a la entrada y la salida. «Los profesores nos piden que seamos puntuales para que no se queden solos y nosotras venimos sin celulares», detallan. Incluso, aseguran que muchas veces los chicos que tienen que volverse solos les preguntan si pueden sumarse a la caminata para evitar ser presa fácil para los ladrones. La entrada, a las siete y media de la mañana, y la salida, a las seis de la tarde, son los horarios más complicados. El sol ya se escondió y la oscuridad no ayuda.
No es de extrañar que en este contexto todos celebren la presencia del personal policial frente a la escuela. «Ojalá se queden y no sólo en la puerta, que recorran la zona», piden. Mientras tanto, los chicos del turno mañana salen y miran con sorpresa, y también con un poco de recelo, el patrullero apostado en la vereda de enfrente.Las docentes de la Escuela Nº 109 prefieren no decir sus nombres. «No pasa nada, pero por las dudas», aclaran. Sostienen que si bien la presencia policial las hace sentirse más seguras, «no deberían estar acá». «Uno lo naturaliza pero no debería ser así, no nos sentimos libres ante esta situación, pero es lo que nos toca», analiza una de las maestras que vive en el barrio.
Muchas de ellas tienen miedo tanto a la entrada como a la salida de la jornada escolar y, al igual que sus alumnos, se escoltan a la parada de colectivos. En la comunidad educativa todos aprendieron a cuidarse entre ellos. Se manejan en grupo, se avisan de los puntos más calientes, se acompañan y se despiden con un «cuidáte».
Trabajo sostenido
El edificio de Sucre 1457, en barrio Azcuénaga, fue uno de los que dieron inicio al programa «Te acompaño de la escuela a casa», un dispositivo de prevención cuyo objetivo es proteger y tranquilizar a alumnos y alumnas, familiares y docentes a la hora de entrar y salir de las escuelas.
“Vamos a hacer un esfuerzo principal en escuelas de Empalme Graneros, Larrea, Ludueña, Vía Honda, Tablada y Las Flores, pero tampoco podemos dejar de lado a las instituciones del macro y microcentro o de otras zonas de la ciudad», explicó el ministro de Seguridad, Claudio Brilloni, en el debut de la iniciativa. Y agregó: «Si bien es cierto que en esos barrios han sufrido hechos graves, también es verdad que hay otras escuelas que dan cuenta de delitos como arrebatos, que tienen como víctimas a los chicos que van al colegio y que tenemos trabajar en esa prevención también”.
En esa línea, explicó que la cartera realizó «un mapeo de escuelas, los horarios y desde el ministerio se está formando un vínculo con los directivos y maestros. Formamos un vínculo de trabajo y comunicación permanente para que cuando vean una amenaza o alerta, me notifiquen a mí para tomar cartas en el asunto. Las exigencias y las necesidades son muchas, pero los recursos son finitos», concluyó Brilloni.
Mientras arrancaba el programa de corredores seguros, dejaron un mensaje amenazante en la Escuela Marambio de Villa Gobernador Gálvez. Pese a que las autoridades de la escuela de San Diego al 300 resolvieron dictar clases normalmente, algunos padres optaron por no dejar a sus hijos.
Hace rato que las escuelas quedaron en medio del entramado de violencia que no da tregua y las autoridades deberán seguir avanzando en medidas concretas para garantizar la seguridad de docentes, no docentes, familias y alumnos.
NS
Fuente: La Capital
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