Nocturnidad en Rafaela: casi el 70% de los rafaelinos prefiere eventos y bares por sobre los boliches, y el 60% sale menos de una vez al mes
Asi se desprende, junto a otros datos de importancia, de la encuestra realizada por el concejal Augusto Rolando junto a su equipo técnico.
Conforme al debate que está instalado en la ciudad sobre la nocturnidad, el rol del Estado, las preferencias del público y los temores de los inversores a que se sostenga la demanda y se amorticen las enormes inversiones que requieren los locales nocturnos «tipo boliches», el concejal Augusto Rolando, junto a su equipo técnico, realizó una encuesta a la población de la ciudad, para obtener información de primera mano.
Esta acción, tambien cuenta con una tabla comparativa de legislaciones similares en distintas ciudades, como Esperanza o Rosario, para comprender de manera amplia qué tipo de restricciones y permisos habilita la ordenanza de Rafaela para el sector.
El informe comienza con una presentación general de la encuesta, en donde se menciona que «la encuesta, realizada de manera anónima y voluntaria a través de un formulario de Google, obtuvo 1050 respuestas, participando de este proceso personas de diversas edades y géneros de nuestra ciudad. Este amplio volumen de datos nos permite no solo un análisis general, sino también la posibilidad de segmentar los resultados por edad y género, las únicas informaciones personales recabadas.»
El objetivo fue «explorar distintos aspectos y opiniones sobre los hábitos y actividades nocturnas en nuestra ciudad» y la presentación inicia con la «recopilación de datos demográficos, como edad y género, y posteriormente se enfoca en las preferencias de los rafaelinos durante los fines de semana. En una segunda parte, se profundiza en la percepción ciudadana sobre la oferta nocturna actual, abarcando opciones gastronómicas, espacios bailables, eventos culturales y musicales»
Desde el aspecto demográfico, el 11% de los encuestados son menores de 18 años, el 43,7% tienen entre 18 y 24 años, y el 29,2% se encuentran en el rango de 25 a 34 años. El 8,9% de los participantes tienen entre 35 y 44 años, el 5,8% tienen entre 45 y 54 años, y el 1,4% tiene más de 55 años. Además, el 64% de las respuestas provienen de mujeres, mientras que el 35,6% son de varones.
PREFERENCIAS RAFAELINAS:
Allí, entre otros datos que aportan de manera valiosa a la discusión y al debate sobre la nocturnidad, se desprende que casi el 70% de los rafaelinos prefiere ir a bares o eventos por sobre el boliche (9.2%) o fiestas privadas (8%)
De la misma manera, se desprende que el 40% de los consultados sale dos o más veces por mes: el 60% de los encuestados -que reflejan la gran mayoría- sale menos de una vez por mes.
Números difíciles para quienes buscan invertir enormes sumas de dinero en espacios que requieren estar a la vanguardia de los avances en materia de boliches y que encuentran una población «poco salidora»
Es asi que el 95% de los encuestados acuerda en que la oferta nocturna en Rafaela es insuficiente, algo que se entiende si tenemos en cuenta la demanda real que sostiene las inversiones a largo plazo y la operatividad de los espacios nocturnos.
Una vidriera de ello es que, hace precisamente 3 años, en agosto del 2021, Rafaela vio como demolían frente a sus ojos al emblema de la época dorada de los boliches -cuando, tal vez, la mayoría de los jóvenes preferían ese tipo de salidas- y «La Fábrica» quedó sólo en el recuerdo de aquellos que la conocieron, tanto con ese nombre, como los que albergaron a futuras generaciones: Diva, Honky y Club 66
Otro dato de relevancia es que, si bien el derrumbe se realizó en 2021, este lugar ya se encontraba cerrado y sin acciones concretas desde hacía mas de 10 años, con claras muestras de abandono. Nunca volvió a brillar el ambiente de «boliches» en la ciudad: varios pubs fueron pasando de dueños hasta finalmente correr el mismo destino que «La Fabrica», con un abandono y señales de una época que pasó. Prueba de ello, donde funcionaba el conocido pub «Deep» -exclusivo, en un tiempo- y devenido en distintas ofertas, incluso gastronómicas, que nunca se pudieron sostener.
Situación similar que se dió cuando cerró sus puertas el boliche del Club 9 de Julio, «Mister Loco», dejando de operar por cuestiones estrictamente económicas, tal como quien presidia el club en ese momento, Franco Moroni, anunció en los medios.
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