Mejoró la competitividad del peso gracias al boom de los mercados

El buen humor de los inversores ante el alejamiento del fantasma de la recesión abrió el apetito por el riesgo, lo que impactó en la apreciación de las divisas emergentes. Pero un yuan débil afecta al BCRA.

Algunas cosas pasaron a nivel mundial el mes pasado que implicaron para la Argentina “una de cal y una de arena” porque por un lado el peso recuperó cierta competitividad, pero la valuación de las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) en dólares se deterioró. ¿A qué nos referimos? Por un lado, si bien el crecimiento mundial se desaceleró aún continúa lejos de una recesión. El mundo venía creciendo a un ritmo de más del 4% trimestral anualizado en el primer trimestre y recortó fuerte en el segundo trimestre sobre todo por el frenazo de China y en menor medida por la Eurozona. Por suerte, la economía de EE.UU. mantuvo su ritmo de crecimiento. Por otro lado, la inflación mundial a nivel general se moderó aunque sigue en niveles elevados. Pero venía de más de un 7% en el segundo semestre del año pasado y bajó a menos del 6% en el primer trimestre del 2023 y en el segundo trimestre cae a poco más del 4% (aunque la inflación core recortó menos).

De todos modos, el ajuste monetario continúa y así lo dejó claro Jerome Powell, titular de la Fed, ante el Congreso de EE.UU. y, luego, en la reunión de banqueros centrales en el foro del BCE en Sintra (Portugal), donde los líderes de los principales bancos centrales del mundo volvieron a insistir con la necesidad de un endurecimiento adicional de la política monetaria. Por lo que el mercado espera (con casi un 90% de probabilidad) que, luego del impasse de junio, vengan dos nuevas subas de las tasas de interés de la Fed (en julio y septiembre hasta 5,75%) con el fin de frenar las persistentes presiones inflacionarias y enfriar el mercado laboral. En la misma línea se manifestaron los presidentes del BCE y del Banco de Inglaterra. De modo que tras el impasse de la banca central para evitar una recesión, los mercados percibieron que ni la economía estadounidense ni la mundial corrían un inminente riesgo de caer en ella, lo cual cambió la percepción de riesgo, lo que a su vez tuvo un significativo efecto en los precios de los activos financieros globales. Lo que se vio fue un aumento del apetito por el riesgo. Así las acciones subieron, las commodities también y el dólar cerró junio con una leve caída de casi 1,5%. Fue un mes positivo para las acciones, que mostraron incrementos generalizados, cerrando un muy buen semestre (el S&P 500 subió más de 6% en junio y casi 16% en el semestre, el Nasdaq casi 7% y 32% respectivamente, Europa otro tanto y los emergentes también).

Así puede decirse que volvió el amor por el riesgo, lo que se reflejó en la notable performance de las bolsas, que junto con la menor inflación y claramente el mayor flujo de capitales hacia los emergentes está produciendo una fuerte apreciación de las monedas domésticas contra el dólar. La divisa norteamericana, según el índice dólar DXY, alcanzó un máximo de 20 años a fines de septiembre del año pasado (en 114,1) y desde allí comenzó barranca abajo hasta caer en febrero a 101,2. De ahí en adelante ha estado zigzagueando entre niveles de 101 y 103/104. La expectativa es que continúe depreciándose contra el euro y las demás monedas, en particular las latinoamericanas. Esto termina favoreciendo la competitividad del peso. Veamos. Según cálculos del Estudio Broda, en el último mes, el real cayó casi 5% contra el dólar, más de 8% desde marzo y un 9,5% en el acumulado del 2023. A fines del 2022 estaba en poco más de 5,3 reales por dólar y ahora cotiza por debajo de los 5 (4,8 reales). En México, en diciembre 2022 el dólar valía 19,5 pesos y hoy está apenas por encima de 17. En junio el peso mexicano ganó 3,6% frente al dólar, 6,4% desde marzo pasado y 7,5% en lo que va del año. Algo similar en Colombia donde la moneda se apreció más de 6% en junio, casi 13,5% desde marzo y casi 14% en lo que va del 2023 (en diciembre pasado cotizaba a 4,847 y hoy está en 4,171 por dólar). En Chile, el peso ganó 1,2% en junio, 3,3% desde marzo y casi 6% en el acumulado del 2023 (en diciembre el dólar valía 848 pesos y hoy 798). Mientras que en Uruguay, el dólar pasó de 40 pesos a fines del 2022 a 37 hoy (se apreció 3,3% en junio, 6,4% desde marzo y 7,5% en 2023), y en Perú la moneda se apreció 1,3% en junio, 3,8% desde marzo y casi 5% en 2023.Al fin y al cabo un pequeño mimo para la deteriorada competitividad del peso argentino. Pero ocurre que simultáneamente, el dólar cayó en junio frente a todas las monedas (contra el euro 2%) pero se apreció contra el yuan en 1,8%. Ocurre que en China hubo una importante salida de capitales y el yuan que cotizaba contra el dólar a 6,71 en febrero, hoy está a 7,27. Lo que impacta en el valor de las reservas del BCRA.

JH

Fuente: Ámbito Financiero

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