Max Huen debutó como director con el lab. de teatro titulado En Peligro en el FTR25
En el marco del Festival de Teatro de Rafaela (FTR25), Max Suen presentó por primera vez su rol como director de un laboratorio teatral, una propuesta íntima y cargada de emoción que se estrenó este martes bajo el título En Peligro.
Conmovido por la experiencia, Huen compartió sus sensaciones tras el estreno y su paso por el festival, que este año celebra su 20° aniversario.
“Estoy muy feliz de estar acá. Es la tercera vez que vengo al festival, pero la primera vez desde este lugar, como director de un laboratorio”, expresó. La experiencia incluyó seis encuentros intensos con un grupo de 12 jóvenes rafaelinos, a quienes acompañó en un proceso creativo centrado en la expresión de vivencias personales. “Trabajamos en un tono de mucha intimidad, tocando temas sensibles como la adolescencia, los miedos y la vida en Rafaela. Hubo mucha entrega, y fue muy emocionante ver las reacciones de las familias”, contó.
La función generó un fuerte impacto emocional en el público. “Muchos familiares se sorprendieron al ver y escuchar cosas que nunca antes habían compartido. Hubo abrazos, lágrimas y una gran empatía también por parte del resto del público”, relató.
Además de dirigir, disfrutó del festival como espectador. “Vi el trabajo de Fernando Rubio y fue de los diez minutos más especiales que viví en mucho tiempo. El festival genera cruces hermosos entre artistas y ese intercambio constante es muy inspirador”, destacó.
Sin embargo, el cierre de la obra también sirvió como plataforma para visibilizar un tema urgente: la situación del Instituto Nacional del Teatro (INT). Max explicó que el organismo está en riesgo tras la emisión del Decreto 345 por parte del Gobierno Nacional, que busca desregularlo y eliminar su representación federal. “El INT es esencial. Apoya a salas, elencos, giras y creaciones. El Congreso aún está a tiempo de rechazar este decreto. Necesitamos que nuestros representantes voten en contra”, subrayó.
Max se despidió de Rafaela agradecido, con la maleta llena de nuevas ideas y emociones. “Me voy conmovido y fortalecido. Es la primera vez que dirijo un laboratorio, y fue muy revelador”, concluyó.
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