CAME realizó un relevamiento y emitió su tradicional informe sobre el movimiento económico de este fin de semana XXL. Por debajo de las expectativas, pero con balance positivo por los dos fines de semana seguidos.

Según el informe publicado por CAME, «en el fin de semana de cuatro jornadas por el Día de la Bandera viajaron 1,8 millones de turistas por la Argentina y gastaron $303.405 millones en alimentos, bebidas, alojamiento, transporte, recreación y compras diversas», algo que, por si solo, parece un dato alentador.

Pero la realidad es que el panorama va en línea con la profundización de la crisis económica que anida en Argentina.

El informe destaca que la cantidad de gente que se trasladó fue 20% menor al mismo fin de semana del año pasado, que tuvo igual cantidad de días (4) y gastó 24,3% menos a precios reales.

El informe analiza el impacto que tuvo la cercanía de los dos fines de semana largo de junio, aclarando que «terminó siendo mejor para la actividad: si se agregan los resultados de este fin de semana con los del feriado del pasado 17 de junio, al sumar siete días, casi 2,6 millones de personas salieron de paseo, es 15,3% más que en los cuatro días que duró el fin de semana combinado de 2023.»

Pero, de todos modos, este año fue más austero: incluso sumando las dos fechas, gastaron en total $384.869 millones (US$ 418 millones), 4% menos en pesos, a precios reales, que lo que se gastó en solo cuatro días del 2023.

CRISIS EN EL SECTOR

Desde el sector turístico alertan una «crisis sin precedentes por el ajuste que están sufriendo los argentinos», donde el rubro hoteles cayó un 11,3% y la ocupación de huéspedes, un 14%.

La Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) reportó una pérdida del 12% en la industria gastronómica.
Esta disminución es la peor de la última década, con el consumo en restaurantes desplomándose y los establecimientos luchando por sobrevivir.

Esto es producto de que al contexto económico, que incluye los tarifazos en los servicios, se suma la liberación del mercado de alquileres, que ha puesto aún más presión sobre los costos de mantenimiento.

El costo del servicio eléctrico subió un 402% en los últimos 6 meses. Esto impacta en los costos de operación de los servicios turísticos y gastronómicos que se ven reflejado en los precios de los servicios. A esto se le suma la licuación del poder adquisitivo de turistas dejando un techo muy bajo para el consumo.