La UCEDE, el Menemismo y los años kirchneristas; ¿Massa es un proyecto de CFK?

Sergio Massa, actual candidato a presidente por la coalición peronista “Unidos por la Patria”, tiene un recorrido de luces y sombras en sus relatos discursivos, sus participaciones en la política y la actual candidatura que comparte con el ultra-kirchnerista Agustín Rossi.

Desde agosto del año pasado, se desempeña como Ministro de Economía, una cartera que le quedó grande cuando miramos los resultados de inflación al 140% interanual, pobreza en 40%, 6 de cada 10 chicos debajo de la línea de la pobreza, conflictos con el sector agrario y pyme exportador por las polémicas trabas que el sector productivo tiene para importar y pagar sus importaciones, las pesadas cargas que tienen que soportar los empleadores a la hora de contratar y la falta de dólares en las reservas del Banco Central, ya erosionadas por los pagos y arreglos con el FMI y otras entidades financieras. 

Así y todo, fue quien se posicionó como candidato del gobierno actual (tal vez el peor gobierno de los últimos 40 años) y quien fuera el más votado de cara al balotaje de noviembre. 

Lo que mucha gente se pregunta es, ¿Massa es un proyecto de Cristina?

Ante esta pregunta, hay miradas muy contrapuestas: hay quienes creen que Massa viene a sepultar para siempre al kirchnerismo con un neo-peronismo más conservador, y hay quienes ven en Sergio Massa la figura de Cristina Kirchner como “monje negro”, como pasó -aunque ahora se quiera despegar con sus declaraciones- con Alberto Fernandez. 

Cierto es que el ala más dura del kirchnerismo, liderada por Axel, Máximo y Wado, mostró “las uñas” con el candidato cuando tuvo el aval oficialista para avanzar como candidato “propio” en la interna, con enojos que se vieron reflejados en los números: la peor elección del peronismo en la historia, la está haciendo Sergio Tomás Massa. Más allá de su “discurso moderador de unidad”, no convenció al sector más progre del kirchnerismo-peronismo. 

Pero cierto es que, para una figura tán fuerte y magnética como lo es la de CFK, pensar en que no se involucró en su elección, es ingenuo. Massa cuenta con el visto bueno de la ex-presidenta, quien se mostró junto a él en el último tramo de la campaña previa a las PASO, incluso haciendo guiños a la trunca postulación de Wado de Pedro. 

Lo lamentable de la política partidaria argentina es que se “rosquea” demasiado, se sobrepasan límites y no se resisten los archivos. Si no vemos con sorpresa este tipo de armado, es porque el peronismo nos acostumbró a lo que ellos, internamente, llaman “pragmatismo”: arreglar diferencias del pasado si así se puede mantener el poder del Estado. 

No hay propuestas puras. Menos de Sergio Massa, quien se catalogó como el representante de la ancha avenida del medio, un término que se usa en el peronismo para, básicamente, aceptar el “mal menor” y seguir construyendo el poder. 

Massa comenzó en la política con el proyecto liberal de Alsogaray, la UCEDE. Apoyaron al gobierno de Menem, del que formó parte como asesor. Durante el 2001, formó parte del gobierno de Duhalde, quien lo designó como director del ANSES, gestión que siguió realizando con Néstor. Formó parte del Frente para la Victoria, que lo llevó al plano legislativo, y rompió con el kirchnerismo en 2013. Con Alberto Fernandez, formaror el “Frente Renovador”, un espacio peronista no kirchnerista que prometía “barrer a los ñoquis de La Campora” y “meter presa a Cristina”. 

Hoy se posiciona frente al público con un discurso de “gobierno de unidad”, en el que los propios le señalan la falta de agradecimiento a la expresidenta Cristina Kirchner, y los ajenos lo señalan como parte del proyecto de la ex-presidenta para seguir ejerciendo el poder “desde atrás”

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