Kenia: manipuló a personas para que mueran de hambre
El líder cultista keniano Paul Mackenzie Nthenge le decía a sus fieles que ayunaran hasta la muerte para evitar la condenación apocalíptica. Hasta ahora se hallaron 32 fosas comunes.
Debían dejar de comer hasta morir de hambre si querían ver a Jesús: lo que parece el guión de una película sucedió en Kenia, donde el líder de una secta apocalíptica logró convencer a más de medio centenar de personas de entregarse a la muerte. Sus cuerpos terminaron en fosas comunes.
Hasta este domingo por la noche ya son 47 los cuerpos hallados por la policía de Kenia enterrados en fosas comunes dentro de unos terrenos propiedad del líder cultista keniano Paul Mackenzie Nthenge, autoproclamado líder de una secta del condado de Kilifi, en la costa del país.
La policía allanó el bosque de Shakahola después de recibir, de parte de 15 desertores del culto, información de las muertes de «ciudadanos ignorantes que morían de hambre con el pretexto de encontrarse con Jesús después de que Nthenge les lavara el cerebro».
Los investigadores encontraron al menos 32 fosas comunes en la finca de unas 323.74 hectáreas (los «terrenos sagrados») del líder de la secta en la vecina localidad de Malindi, de las cuales todavía quedan al menos una decena por desenterrar.
El «pastor» Paul, cabecilla de la llamada Iglesia Internacional de las Buenas Noticias (Good News International Church) dice que cree que tiene un poder profético espiritual y afirmó haber visto apariciones de Jesús.
Según los informes, la controvertida iglesia fue fundada por Mackenzie y su esposa, Joys Mwikamba, en 2003 y en ella instaban a sus seguidores a ayunar día y noche mientras los líderes disfrutaban de comidas lujosas.
Según las investigaciones, la casa de Mackenzie sirvió como el templo de sus seguidores, algunos de los cuales ahora están siendo investigados por crímenes como matar de hambre o asfixiar a sus propios hijos y luego enterrarlos en tumbas poco profundas siguiendo el consejo de Mackenzie.
Humphrey Nyongo, ex miembro de la iglesia de MacKenzie, afirmó que el pastor McKenzie «controlaba a sus feligreses» instándolos a renunciar a sus trabajos, dejar de comer comidas y renunciar al tratamiento médico cuando estuvieran enfermos.
Fuente: Perfil
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