Exposición homenaje a Juan Carlos Deambroggio en la Sala Luis Remonda del Centro Ciudad de Rafaela.

El 31 de julio, a las 20.00, tendrá lugar la inauguración de una muestra compuesta por diversas disciplinas de las Artes Visuales de los artistas que, en el transcurso de más de cuatro décadas, construyeron junto a Juan Carlos un vínculo que superó la relación marchand/coleccionista – artista creando entre ambos genuinos lazos de amistad.

La idea parte de un pensamiento de Víctor Fernández, Director del Museo de La Boca “Benito Quinquela Martín” quien expresó “Juan Carlos fue el único marchand amigo de los artistas.

La exposición reúne obra de Alonso, Alisio, Álvarez, Barragán, Cincioni, Corotto, Delmonte, Dávila, Espino, Fara, Fernández, Fertonani, Grela, Ludueña, Luna, Molinas, Monasterolo, Ouvrard, Ocampo, Vallejo, Ruffinengo, Prada, Uriarte, Pont Vergés, Villar Errecart, Supisiche, Russo, Cogorno, Pujía, Juárez, Pagés y cinco rafaelinos en representación de los artistas locales Beltramino, Previderé, Giraudo, Durando y Pautasso.

Debido a la gran cantidad de artistas amigos de Juan Carlos se ha optado, en general, por obras de pequeño y mediano formato, teniendo en cuenta la capacidad de exhibición de la sala.

La exposición rinde tributo a un hombre y su pasión por el arte que lo llevó a sostener durante 40 años una galería de arte Ahrus, que posicionó  nuestro país a nivel nacional.

Su colección permitió, en 1998, la apertura de nuestro Museo de Arte, la cual fue generosamente cedida sin condicionamientos, en el tiempo se generó con obras de su propiedad numerosas exposiciones de corte netamente didáctico, con una valoración cronológica de los maestros del arte argentino. Miembro fundador y primer vicepresidente de la Asociación de Amigos, su labor en la difusión del arte nacional fue reconocida por el Fondo Nacional de las Artes nombrándolo Delegado Regional.

El Director del Museo “Benito Quinquela Martín”, el artista visual Víctor Martínez prologa esta muestra con el siguiente texto:

Juan Carlos, el amigo de los artistas

Alguna vez habrá de trazarse un mapa capaz de dar cuenta de la riqueza y diversidad de escenarios y producciones artísticas que en todo nuestro territorio, operan como nodos  capaces de construir redes que cotidianamente aportan a la construcción de eso que damos en llamar un campo cultural. Grandes museos, centros culturales, organizaciones comunitarias, galerías de arte… propician y difunden creaciones de artistas locales que de otro modo verían muy recortados sus horizontes, así como el necesario intercambio con creadores de otras regiones, en ese necesario y rítmico encuentro entre lo “propio” y lo “otro” que modela identidades.

No pocas veces, la gestión de instituciones culturales requiere especiales vocaciones y esfuerzos heroicos, y más aún cuando tales esfuerzos se despliegan desde el ámbito privado, a considerable distancia de la omnipresente Buenos Aires, o relativamente lejos de las capitales provinciales. Allí es donde emerge la importancia de apasionados héroes que, a puro esfuerzo y vocación, sostienen colecciones o galerías de arte que son como faros o refugios, desde los cuales comunidades enteras pueden reconocerse en sus historias y en sus artistas.

Eso era (es, será) Juan Carlos Deambroggio y su galería Ahrus; faro, refugio, punto de encuentro capaz de gravitar decisivamente en la constitución de un campo cultural, extendiendo su influencia hacia la región y el resto del territorio nacional. Gracias a Juan Carlos, una parte entrañable de nuestro ADN cultural vive en Rafaela, y también gracias a él, varios artistas locales se proyectaron hacia el mundo.

Suele suceder que vistos desde lejos, algunos espacios, personas o sucesos ocurridos en Buenos Aires adquieren ribetes míticos. Con Juan Carlos y su galería, sucedía al revés: no había  encuentro porteño de artistas, en el que no se hablara de aquel Rafaelino espacio de culto que todos deseaban conocer.

La proverbial generosidad de Juan Carlos, posibilitó que muchos espacios del escenario artístico nacional pudieran presentar obras de su valiosa colección, y reconocer la talla de artistas inmensos pero injustamente ocultados. Acaso defina algunos rasgos de nuestro coleccionista/héroe, su imagen trayendo personalmente desde Rafaela hasta Buenos Aires, todas las obras que formaron parte de las magníficas exposiciones de Ricardo Supisiche y Carlos Corotto en el Museo Benito Quinquela Martín…

Conocimiento y agudeza en la mirada, forjaron al gran coleccionista y gestor cultural. Pero con eso no alcanzaría, sin la profunda humanidad que iluminó por dentro a Juan Carlos. Podemos asegurar que el gran secreto de su trascendencia reside en haber comprendido como pocos, que el arte (como la vida) son un sinsentido sin amor y pasión. Por eso, el apasionado amor al arte y a las personas que fue siempre el cimiento de sus proyectos, le deparó uno de los destinos más bellos posibles: ser el inolvidable galerista AMIGO de los artistas.

Guión curatorial de Norma Fenoglio:

Este homenaje a Juan Carlos Deambroggio y al hito cultural que fue su Galería de Arte Ahrus, está organizada en torno a una palabra que ha sido fundamental en todos los aspectos de su vida: Amistad.

Víctor Fernández -Director del Museo de La Boca- expresó el pensamiento que definió el perfil curatorial  : “Juan Carlos fue el único marchand amigo de los artistas” palabras que se potencian con el despliegue de los nombres de quienes habitaron su mundo.

Este año se cumplen 55 años del primer ingreso a la colección, una obra del santafesino Matías Molinas y 50 del inicio de Ahrus, espacio que por cuatro décadas nos brindó como comunidad la posibilidad de acceder a la obra de grandes maestros, a los artistas locales de exponer su producción, a nuestra ciudad  su proyección nacional en el ámbito de la cultura.

Nuestro Museo de Arte pudo abrir sus puertas y desarrollar múltiples proyectos curatoriales  gracias al préstamo de su colección sin condicionamientos. La generosidad de Juan Carlos se puso en evidencia, además, en los múltiples préstamos a proyectos de difusión del Arte Argentino, provinciales y nacionales, basados en su respeto  por el artista y su obra, su amistad hacia los organizadores y conciencia educativa hacia los espectadores.

El Fondo Nacional de las Artes reconoció su aporte al Arte Argentino y lo destacó nombrándolo Delegado Regional.

El desarrollo curatorial de esta muestra tiene como objetivo ser espejo de un hombre apasionado, que dedicó su vida a coleccionar, muy especialmente Amigos.

La acumulación de textos, nombres, obras, refleja su entorno cotidiano. La diferencia de tamaño en las pinturas responde a un ritmo visual, no a la importancia de algunos autores sobre otros.

Las pequeñas hojas sueltas -papel carta original de Ahrus- imitan sus archivos, sus apuntes firmados reiteradamente en cada espacio vacío, tal vez como un gesto de reafirmación de sus propios registros. Por esa razón la repetición obsesiva de su firma. Los textos en primera persona potencian su presencia en este, su mundo y reflejan nuestras largas charlas y convicciones.

Textos escritos por Juan Carlos que se incluyen en la muestra:

Aquí estoy. Sentado frente a una cantidad de hojas en blanco tratando de cumplir con el pedido de una amiga muy querida -Norma Fenoglio- para que recuerde una historia.

¿La mía? ¿La de una colección de obras de arte? ¿La de Galería Ahrus?  El problema es que no me gusta hablar de mí, no me gusta la palabra coleccionista porque demasiadas veces se la utiliza con un sentido elitista. Sería más bien la historia de una pasión.

Confieso que la compra del primer cuadro fue un impacto emocional para mí. Nunca había pensado que podría intentarlo y la principal razón era sin duda económica.

De pronto estaba ante una circunstancia que me hacía pensar en lo que conocía de otros coleccionistas y el desafío de probar hasta dónde podía llegar”.

(…)

La otra parte de la aventura fue la posibilidad de conocer a muchos artistas que me interesaban y a un gran maestro Jorge Taverna Irigoyen. Quizás eso fue lo mejor de la historia ya que pude relacionarme con seres humanos con muchos de los cuales llegamos a ser amigos entrañables que me ofrecieron el más fascinante de los regalos…Aprender.

Un hecho que debió haber tenido influencia en mí, aun cuando no lo percibiera en esos momentos, fue el acercamiento y amistad con un grupo de estudiantes de plástica en el Liceo de Rafaela.

Todos alumnos de Ernesto Fertonani. Norma Fenoglio, Norma Anghilante, Fito Previderé y Ricardo Peirone trabajaban y discutían sobre el arte pasado, presente y futuro. Aún guardo apuntes de esos tiempos compartidos”.

Con Ahrus surgieron nuevos artistas amigos, fueron 40 años en los que fuimos construyendo amistades basadas en gustos comunes.

Juan Carlos nació en Lehmann el 5 de enero de 1935, siendo muy joven se radicó en Rafaela junto a su madre y su hermana. Falleció el 5 de enero de 2021 víctima de Covid.

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