El Papa Francisco brindó su mensaje pascual
Tras su ausencia en el vía crucis del viernes y su reaparición en la Vigilia Pascual del sábado, Francisco habló ante una multitud desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
El papa Francisco mostró este domingo durante su mensaje de Pascua su «preocupación» por la escalada de tensión en Medio Oriente, al tiempo que animó a la comunidad internacional a que «se esfuerce» para terminar las guerras abiertas en el mundo y pidió por quienes sufren «nefastos efectos del narcotráfico, la trata de personas y toda forma de esclavitud».
«Expreso mi profunda preocupación por los ataques de estos últimos días, que amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región», sostuvo el Papa al dar este domingo la bendición Urbi et Orbi (a Roma y el mundo) desde el balcón de la Basílica de San Pedro ante las más de 100.000 personas que calculó el Vaticano.
El pedido del pontífice se da luego de que la policía israelí irrumpiera el miércoles en una mezquita para desalojar violentamente a los fieles musulmanes e iniciara una nueva espiral de violencia en la región, por la que este sábado se registraron ataques en Tel Aviv y Cisjordania que dejaron al menos tres muertos y seis heridos.
En un repaso por varios de los conflictos abiertos en el mundo, el Papa pidió por ayuda para «el amado pueblo ucraniano en el camino hacia la paz» y que se infunda «la luz pascual sobre el pueblo ruso».
En su mensaje, el Papa recordó además a las comunidades cristianas perseguidas en distintos países, entre ellos Nicaragua, en donde el Gobierno prohibió las procesiones por Semana Santa y Pascua en medio de un fuerte enfrentamiento con el Vaticano.
Tras recordar las situaciones de conflictos que atraviesan países como Líbano, Túnez, República Democrática del Congo o Eritrea, el Papa incluyó además en su pedido de bienestar «a los refugiados, a los deportados, a los prisioneros políticos y a los migrantes, especialmente a los más vulnerables, así como a todos aquellos que sufren a causa del hambre, la pobreza y los nefastos efectos del narcotráfico, la trata de personas y toda forma de esclavitud».
En el plano latinoamericano, el Papa posó sus deseos sobre Haití, «que está sufriendo desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria» y pidió «que se sostenga «el esfuerzo de los actores políticos y de la comunidad internacional en la búsqueda de una solución definitiva a los numerosos problemas que afligen a esa población tan atribulada».
Fuente: El Litoral
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