El gobierno canceló la construcción del reactor nacional CAREM

Acusan un desfinanciamiento total de parte del gobierno de Milei y advierten de posibles presiones desde Estados Unidos. Se trataría del primer reactor de potencia diseñado en el país que podría llevar energía a zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo.

El gobierno de Javier Milei asumió con un programa de fuerte ajuste presupuestario en todos los sectores del Estado, aunque sin discriminar algunas áreas de alta importancia estratégica como la nuclear, y eso es lo que se viene sintiendo en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que este 30 de abril confirmó la suspensión de la construcción de dos reactores nucleares que estaban muy avanzados y podrían generar no sólo el abastecimiento de energía a zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo, sino que también la exportación de reactores que traerían millones de dólares al país.

En efecto, unos 570 trabajadores, obreros de la construcción, quedaron sin trabajo en la obra que sería la primera central construida íntegramente en Argentina con tecnología de vanguardia. Así lo confirmaron desde dicho organismo a PERFIL. Si bien los proyectos venían sufriendo desfinanciamiento desde gestiones anteriores a la de La Libertad Avanza, en este caso se tornó «totalmente inviable» porque con una inflación de 280% interanual, el gobierno sólo prorrogó el presupuesto de diciembre de 2022 y además congeló los fondos de un fideicomiso que sustenta la vida de estas obras. «Algo parecido a lo que pasó con universidades públicas y Conicet», precisaron.

«Por el ajuste presupuestario se suspendieron los contratos con el servicio de transporte al Centro Atómico Ezeiza y el servicio médico. Lo que imposibilitaba trabajar. Ahora fueron restituidos pero no sabemos hasta cuando», detallaron. El gobierno liberó un fondo que sólo alcanza para cubrir esas cuestiones, entre otras, pero que no cubre las deudas de los proyectos e imposibilita las tareas operativas. Con esos fondos, la CNEA estima que sólo podría llegar hasta el próximo mes de junio.

Estas condiciones impactaron en los proyectos estratégicos como la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM) y el Reactor Argentino Multipropósito RA-10. Luego de conciliaciones obligatorias con la Secretaria de Trabajo de mediadora y meses sin respuesta de algún funcionario del gobierno, se formalizó la desvinculación primero de 69 trabajadores, luego la crisis sumó unos 100 más y la reacción de la UOCRA seccional Zárate a cargo de Julio González, sindicato que aglutinan a los trabajadores involucrados, fue exigir una respuesta concreta y evitar extender una voluntad que ya parecía tomada: suspender las obras. Al finalizar esa reunión, los 570 trabajadores de la obra del CAREM ubicada en Zárate quedaron sin trabajo.

La renuncia de la presidenta de la CNEA

Adriana Serquis, presidenta de la CNEA, vinculada al kirchnerismo, vio venir que la crisis que ya venían sufriendo de las gestiones del macrismo y el albertismo empeoraría con la llegada de Milei y antes del cambio de gobierno presentó su renuncia, aunque no se la aceptaban porque no conseguían un reemplazo que quisiera tomar la tarea de, indirectamente, romper estos grandes proyectos y ganarse el desprestigio entre colegas del ámbito nuclear.

En un escrito dirigido al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, precisó las cifras alarmantes del organismo: «A comienzos de año, con el secretario de Energía habíamos quedado en que el crédito que se otorgara se iba a pagar. Eso no fue cierto. Hasta el viernes, no habían pagado absolutamente nada del presupuesto 2024, excepto salarios y becas. Veníamos sobreviviendo porque nos habían pagado una deuda de 2023 (…) Después de eso, nos pagaron 3.000 millones que representan el 11% nada más de todo lo que nos deben».

Serquis agregó que «en lo que respecta a la ejecución presupuestaria, se le había asignado a la CNEA una cuota total para devengar durante todo el primer trimestre de $26.337.326.448, sin considerar los sueldos. A la fecha, sorteando muchos obstáculos presupuestarios, se ha logrado devengar $10.435.166.814 y está devengando otros $8.343.614.745 que suman $18.778.781.559 y configurarán la deuda exigible al momento. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos institucionales por ejecutar toda la cuota de gasto durante todo este primer trimestre del año, no se hicieron las transferencias de fondos para poder realizar los pagos efectivos a los proveedores, con la única excepción de las transferencias correspondientes a salarios y becas».

Asimismo, la carta de Serquis coincide con la mirada de unos 13 gerentes que firmaron el comunicado advirtiendo la situación crítica y la necesidad de fondos inmediata.

Argentina, entre China y Estados Unidos: las presiones geopolíticas

La otra variable que acusan desde la CNEA es sin dudas la geopolítica. Por un lado, destacaron que ya desde el gobierno de Alberto Fernández, con presencia del ex secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, la embajada de Estados Unidos había estado presente en las obras. «Antes llegó a haber más de 800 empleados», aseguraron para manifestar que desde ese entonces hubo pequeñas olas de despido de 50 personas.

Vale destacar que CAREM, al ser un proyecto de vanguardia internacional, compite justamente con dos monstruos estadounidenses: Westinghouse y General Electric, empresas de primera línea mundial. «Nuestro proyecto es uno de los mas avanzados porque empezó antes, y además se destaca que es el que menor inversión tiene», argumentaron.

Por otro lado, expresaron que «desde que vino la generala Richardson a la Argentina se cayó más puntualmente el desarrollo de esta obra». En el encuentro que la jefa de Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, tuvo en Ushuaia con el presidente Javier Milei, se dejó en claro que la principal preocupación era la actividad de la base espacial China en Neuquén. Sin embargo, hay otra gran preocupación que tienen en el Norte para con Argentina, y es el desarrollo de la cuarta central nuclear, Atucha III, donde el gigante asiático tenía interés en financiar, ya que la Argentina es el único país de la región que domina la energía nuclear, y la producción de reactores permitiría la exportación a vecinos. Uno de los compromisos que habría asumido Milei es de monitorear y disolver esas iniciativas también.

Qué son el Carem y el RA10

El Carem es el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en la Argentina, ubicado en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia (SMR, por sus siglas en inglés).

“Esta clase de reactores tienen una gran proyección para el abastecimiento eléctrico de zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo de energía (incluyendo la capacidad de alimentar plantas de desalinización de agua de mar)”, dice, aún, la página oficial del gobierno.

El prototipo está siendo construido en Lima, provincia de Buenos Aires. El edificio que lo contendrá comprende una superficie de 18.500 m2, de los cuales alrededor de 14.000 m2 corresponden al llamado ‘módulo nuclear’, el sector que incluye la contención del reactor, la sala de control y todos los sistemas de seguridad y de operación de la central. La obra civil comenzó el 8 de febrero de 2014, momento desde el cual el CAREM se ha constituido como el primer SMR del mundo en estar oficialmente en construcción.

Por su parte, el RA-10 es el reactor multipropósito que se desarrollaba en el Centro Atómico de Ezeiza, que permitirá cuadruplicar la producción de radioisótopos de uso médico para estudios médicos. Puede producir silicio dopado por transmutación neutrónica, un producto de alta demanda global para la producción de chips de computadoras de alta potencia, y ofrecer innumerables servicios para la ciencia y tecnología como la producción, testeado y estudio de materiales.

Este reactor estaba en un 90% realizado y a pocos meses de terminarse. Podría representar un ingreso de dólares que ayudaría, por ejemplo, a la financiación del CAREM.

¿Cuánta plata y tiempo hacen falta? 

Una de las pocas voces críticas del CAREM es la de Julián Gadano, subsecretario de Energía Nuclear bajo el gobierno de Macri, época en la que los proyectos no estaban bajo la órbita de la empresa estatal Nucleoeléctrica (la cual el gobierno de Milei pretende privatizar) sino de Techint, quien cuestionó todos las barreras que viene afrontando y el tiempo y dinero que se viene gastando. Según su análisis, heredó una obra inicial que devolvió al 70% y en la última época no logró avances.

Desde la CNEA reconocen algunas problemáticas pero aseguran que es «mentira» y que fue la gestión de Serquis, ahora saliente, la que heredó una obra al 30% y que dejó al 70%. En esa línea, advierten que uno de los problemas que sufren es el desfinanciamiento y los despidos. «No es que necesitamos menos, es al revés, necesitamos más personal».

En cuanto al presupuesto, Gadano asegura que hace falta una inversión de 400 millones de dólares para terminar con la obra, mientras que Serquis habla de entre 200 y 300 millones de dólares. «Es mucho dinero, pero cuando vemos que se gastaron 600 millones de dólares en la compra de aviones F-16 entendemos que es una cuestión de elegir prioridades», lamentaron.

«Es importante entender que con estas obras terminadas, los reactores que podríamos exportar podrían ser cada uno por 4 mil millones de dólares, dinero con el cual se podría financiar todo. Incluso está previsto que podríamos capitalizar hasta un 25% de este mercado», concluyeron.

JD

Fuente: Perfil

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