Venció a Godoy Cruz 2-1 por los goles de Miguel Merentiel, de penal, y Nicolás Figal
Boca cerró su 2023 futbolístico, el primero sin un nuevo título en sus vitrinas después de varios festejos consecutivos, con el triunfo que le hacía falta para prolongar sus opciones de clasificación a la próxima Copa Libertadores. Derrotó por 2 a 1 a Godoy Cruz, que cayó por primera vez en su cancha desde febrero y de este modo deberá esperar unos días más para saber si logra idéntico objetivo.
“Nosotros queremos ganar siempre, pero aunque esta vez no lo conseguimos para mi gusto el equipo hizo un muy buen año”, había sentenciado Juan Román Riquelme cuando llegaba al estadio Malvinas Argentinas. Los números, el juego exhibido en la mayoría de los partidos disputados o los tres técnicos que pasaron por el banco de suplentes -Hugo Ibarra hasta marzo, Jorge Almirón hasta la final ante Fluminense y por fin Mariano Herrón- parecerían sugerir lo contrario.
La fiesta de fuegos artificiales y bengalas que montaron sus hinchas en una de las populares y que obligó a detener el encuentro a los diez minutos quiso darle la razón al ídolo boquense cuando trata de argumentar su mirada diciendo que: “ilusionamos a nuestra gente hasta el final en la Libertadores y en la Copa Argentina”.
En su última presentación de la temporada y con la obligación de ganar a cuestas, el conjunto de la Ribera llevó a Mendoza todas sus caras. Sobre el césped, la muy variable en cuanto a nivel de juego, incluso dentro de un mismo partido. En los despachos, la de una encendida campaña electoral que se va calentando a medida que se acerca la fecha de la cita con las urnas.
Esta última se puso en marcha antes de que la pelota comenzara a rodar, cuando el actual vicepresidente y candidato a presidente dedicó un buen puñado de minutos a explicar su posición sobre temas bien diversos. Habló Riquelme de la postergación por 24 horas de los comicios (“El juez no hizo bien su trabajo, tres de las cinco personas nombradas en la presentación se enteraron por la tele. Los que están enfrente no quieren que la gente del Interior vaya a votar”); de la disyuntiva que para él se plantea en las urnas (“Seguir siendo un club de los socios o perder el corazón”; de las intenciones que presume de sus adversarios (“Van a venderle la cancha y el club a cuatro extranjeros”); o de sus planes en caso de victoria (“El lunes anunciaremos el técnico para el año que viene”).
El fútbol propiamente dicho arrancó más tarde con una sonrisa para el conjunto xeneize, cuando a los 6 minutos Miguel Merentiel transformó en gol un penal cometido por Daniel Barrea al extender demasiado el brazo ante un remate lejano de Marcelo Saracchi. El prematuro 1 a 0 metió el partido en un desorden, nervioso y futbolístico, en el que se mantuvo durante toda la primera mitad. El pésimo estado del campo colaboraba y la pelota se movía la mayor parte del tiempo con escasez de criterio y abundancia de errores por los dos lados.
El descontrol produjo situaciones de todos los colores. Pudo empatar el local a través de un disparo de Hernán López Muñoz que se fue desviado tras una equivocación de Marcos Rojo; otro remate de Nicolás Fernández luego de un fallo de Cristian Medina; y un tercero de Tomás Conechny que Sergio Romero rechazó de manera brillante. El siguiente error -muy grosero- fue de Nicolás Figal a los 9 del segundo período: le entregó el balón a López Muñoz en la salida y el jugador surgido de River no perdonó, zurdazo abajo contra el palo derecho y 1 a 1. Aunque el defensor lo compensaría 10 minutos más tarde empujando a la red un centro que Marcelo Weingandt había bajado de cabeza y todo el fondo local miró pasar.
El segundo tanto acabó de desquiciar al Tomba, que ya no volvería a encontrar los senderos para inquietar a Romero. Tampoco llegaría con mayor peligro la visita, aunque tampoco lo necesitaba. Fueron los minutos en los que se vio, por fin, algo de fútbol con cierto sentido a partir del manejo de los volantes xeneizes, que en todo momento se mostraron superiores a sus adversarios.
Todo Boca terminó apretándose en el abrazo cuando Nicolás Ramírez decretó el cierre. Sobre el césped, Boca le había puesto fin con felicidad a una temporada con más tropiezos que alegrías. Fuera de las canchas todavía le quedan unos cuantos partidos trascendentes por jugar para conocer su futuro a corto y largo plazo. Lo que vayan a hacer Estudiantes, San Lorenzo e incluso River determinará qué competición internacional disputará en 2024. Lo que decidan sus socios en las urnas el domingo que viene decidirá cuestiones mucho más trascendentes para los próximos cuatro años.
Fuente: La Nación
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