Asumió Leo Viotti: quiénes fueron los anteriores intendentes rafaelinos

El pasado sábado 9 de diciembre asumió como intendente de la ciudad de Rafaela el radical Leonardo Viotti, en lo que representa el fin de 32 años de peronismo en la localidad.

Cada cuatro años se renuevan las esperanzas cuando asume un mandatario al frente del ejecutivo. Se cumplen también cuarenta años de democracia ininterrumpida, un sistema que garantiza que sea la voluntad popular la que defina las autoridades que van a conducir los destinos institucionales del gobierno local.

Tras un par de intentos, finalmente Leonardo Viotti llegó a la intendencia. El principal candidato de la coalición conformada actualmente por radicales, socialistas y republicanos viene de varias buenas elecciones que lo catapultaron al Concejo Municipal hace algunos años. En esta oportunidad pudo arrebatarle un cuarto mandato al ex intendente Luis Castellano, representante de un peronismo al que le costó encontrar nuevos cuadros tras varias décadas en el poder.

Esta renovación va a tono con tiempos de cambios profundos. A nivel nacional asume un outsider autodenominado liberal libertario sin carrera política previa. En el ámbito provincial el gobernador será radical después de muchísimos años. A la vez, un mundo convulsionado y belicoso mira con recelo los recursos que detenta nuestra patria.

Rafaela es una ciudad surgida de la colonización privada en la pampa gringa, un sector de la pampa húmeda al que llegaron inmigrantes europeos para formar sus colonias a fines del siglo XIX. En pocos años, las conexiones de los habitantes y la tierra fértil hicieron que el poblado creciera de manera exponencial para convertirse en cuidad en 1913, la tercera en importancia luego de la Capital y Rosario.

En los primeros años, la vida comunitaria fue controlada por un Juez de Paz. Más tarde llegaría la hora de una Comisión de Fomento, que a lo largo de veintisiete años serviría para organizar el reclamo a las autoridades provinciales. Al calor del surgimiento del radicalismo como fuerza política relevante, a comienzos del siglo XX se crea el Concejo Deliberante y el Departamento Ejecutivo, cuyo primer titular fue Manuel Giménez. Cabe recordar que durante mucho tiempo los intendentes eran nombrados por el gobernador, a diferencia de lo que sucedía con los concejales, quienes sí eran electos por los vecinos. De esta manera, la conducción del gobierno local oscilaba en función de los devenires de la política provincial: los protagonistas excluyentes fueron los radicales, con un breve intervalo demo progresista, hasta la llegada del peronismo al poder en la década de 1940.

En 1958 es nombrado Rodolfo Bienvenido Muriel, rafaelino de origen radical, quien permanecerá como intendente catorce años, incluso durante la dictadura que tuvo lugar entre 1966 y 1973. Su gestión es recordada como moderna y con fuerte énfasis en la obra pública. En esos años se elaborará el primer Plan Director de la ciudad.

Con el retorno de la institucionalidad, gana las elecciones Virgilio Cordero de la Alianza Popular Federalista. Su principal eje fue ordenar las cuentas municipales. Más tarde, tras el golpe de Estado de 1976, se hará cargo otro miembro del PDP, el joven secretario de hacienda Juan Carlos Borio, quien continúo con el ajuste del gasto público y la gestión de obras de infraestructura.

En 1983 será el turno nuevamente de Muriel, esta vez representando al Movimiento de Afirmación Vecinalista, con la gran tarea de reconstruir la confianza democrática y recuperar la autonomía municipal. Pese al traspié en las elecciones legislativas, fue reelecto para un segundo mandato. No obstante, el caudillo tuvo que enfrentar denuncias por malversación de fondos en la obra de cloacas que impulsaba, lo que motivó la intervención del municipio, asumiendo interinamente Jorge Fernández en enero de 1991.

Ese mismo año gana el lema Junto a la Ciudad, que llevaba al joven Omar Ángel Perotti como candidato dentro del peronismo. Su perfil era más bien técnico antes que militante. En una ciudad poco afecta al justicialismo, tuvo peso su participación previa en la Cámara de Comercio Exterior, como así también su vinculación con sectores industriales y comerciales. En el marco de las reformas nacionales durante el gobierno de Menem, su propuesta fue la de impulsar una nueva forma de gobernanza basada en la calidad de gestión. Tomó fuerza el modelo de desarrollo local promovido con la influencia de la CEPAL y la Fundación Mediterránea. Desde entonces hasta el presente año, su estructura política fue la que gobernó la ciudad de Rafaela.

En 1995 no se presentó a la reelección, cediendo el lugar a Ricardo Peirone, quien finalmente resultó electo. Esta gestión estuvo signada por la creación del ICEDeL y el planeamiento estratégico. Tras la crisis de comienzos del milenio, en 2003 vuelve Perotti por dos mandatos, mientras miraba de reojo la posibilidad de llegar a la gobernación, en una interna con Rossi.

Finalmente, en 2011 es el turno de Luis Castellano, arquitecto fiel al proyecto de su antecesor, que se destacó por políticas culturales y sociales de mayor cercanía con los sectores populares, algo que se desmarca de la tradición institucional local.

Ahora será el turno otra vez de un radical joven, que busca identificarse con los valores de austeridad y pragmatismo que caracterizaron a las gestiones de sus correligionarios en el pasado. Esta nueva página está por escribirse.

MR

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