Anne Perry: de asesina a escritora
En 1954 Juliet Hulme (su nombre original) fue condenada por matar a la madre de su mejor amiga. Salió de la cárcel y comenzó a escribir historias de policiales que la llevaron al éxito.
La prestigiosa escritora británica Anne Perry murió a los 84 años. Su legado quedará enmarcado en decenas de novelas de policiales cuyo éxito no se vio opacado por su pasado criminal que se ocupó de resignificar hasta el último momento. El caso de la célebre novelista es de esos en los que la realidad supera a la ficción: cuando era apenas una adolescente, fue condenada por haber ayudado a su mejor amiga a asesinar brutalmente a su madre. Una historia de amor prohibido, literatura, crimen y redención que despertó la curiosidad de miles.
La historia de Juliet y Pauline
La historia de Anne Perry es la de Juliet Hulme (su nombre original), una joven británica común y corriente oriunda de una familia de clase media que se había mudado a Christchurch, Nueva Zelanda. Tenía idas y vueltas con sus padres, iba a la escuela y a la iglesia. Desde chica tuvo que pelear contra la tuberculosis en dos oportunidades. En medio de la soledad de la adolescencia, Hulme encontró refugio en Pauline Parker, otra chica en tratamiento por enfermedad con quien desarrolló la pasión por la lectura.
Las jóvenes construyeron un vínculo que se tornó inquebrantable en el más estricto sentido de la palabra. Parker se convirtió en su cómplice, su hermana, su amante, a quien asistiría en todo… incluso en matar. Esta idea fue puesta en jaque cuando la familia Hulme, que atravesaba una turbulencia por un amorío extramarital, decidió enviar a su hija a Sudáfrica con la excusa de seguir su tratamiento médico.
Pauline, su confidente y principal acompañante de Juliet durante su paso por el hospital, quiso acompañarla en su viaje pero su mamá, Honora Parker, no la dejó. Como no concebían la idea de vivir separadas, Parker planificó meticulosamente el asesinato de su mamá, algo que plasmó en su diario íntimo.
El crimen de Honora Parker
«Deborah llamó y decidimos utilizar un ladrillo en una media en lugar de una porra. Discutimos el asesinato en profundidad. Me siento muy emocionada, como si estuviera planeando una fiesta sorpresa. Así que la próxima vez que escriba en el diario, madre estará muerta», escribió Parker en su diario que luego sirvió como prueba de la investigación. La utilización de los pseudónimos también reflejaba ese mundo irreal en que las dos compartían.
El capricho adolescente que terminó con un desenlace fatal. El 22 de junio de 1954 las chicas invitaron a Honora a dar un paseo. Pauline golpeó a su madre en la cabeza 45 veces sin inmutarse con las súplicas. Juliet la ayudaba sosteniéndole los brazos para evitar que escapara de su destino. Luego pretendieron simular un accidente pero la policía no les creyó. «No quiero crearme muchos problemas, sino que parezca una muerte natural o accidental», había escrito Pauline.
El 29 de agosto de 1954 fueron declaradas culpables y evitaron la pena de muerte por ser menores de edad. Las jóvenes cumplieron su condena de cinco años separadas. Al salir, primero Juliet y después Pauline, se fueron a vivir al exterior donde rehicieron sus vidas en el anonimato, dejando atrás el pasado de asesinas convictas y volcándose a la espiritualidad de la iglesia.
El crimen conmocionó a la sociedad neozelandesa, en especial por la premeditación, en una época en la que la orientación sexual servía de agravante para los crímenes que no tenían explicación como éste, dado que las pericias psicológicas arrojaron que las jóvenes eran «mentalmente sanas» y conscientes de sus actos y que no padecían un «trastorno psicótico compartido«.
La redención de Anne Parker
Instalada en Escocia bajo su nueva identidad, Anne Parker se volvió una seguidora de la iglesia mormona y retomó la literatura, su pasión de la adolescencia. En 1979 sus novelas policiales la convirtieron en celebridad. En las últimas cuatro décadas, Perry publicó mas de 40 libros y se convirtió en una de las autoras más prestigiosas del género policial vendiendo más de 10 millones de copias. Por ejemplo su novela No Graves As Yet encabezó la lista de libros más vendidos del New York Times cuando tocó suelo estadounidense.
La fascinación del caso que salpicaba su pasado volvió a cobrar vida en 1994 cuando fue llevado al cine en la película Criaturas Celestiales de Peter Jackson, el famoso director de éxitos como El Señor de los Anillos que recién daba sus primeros pasos. «¿Por qué no puedo ser juzgada por lo que soy ahora y no por lo que era entonces?», declaró Anne Perry en varias oportunidades después de que se le volviera imposible negar su verdadera identidad.
El revuelo no fue en detrimento de la fama que adquirió por sus novelas de policiales. Mucho menos cayeron las ventas de sus libros. En una entrevista dijo que sobrevivió a su condena luego de arrepentirse y aseguró que nunca escribió acerca de esa historia adolescente que la llevó al extremo. Tampoco contó si eventualmente volvió a reunirse con su amiga, que al igual que ella no había formado familia y que según trascendió se dedicó a la religión y a administrar un establo.
Fuente: Perfil
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